Una vez que comiences a saber esquiar, cualquier pequeño avance que consigas se convertirá en todo un triunfo. Hay técnicas que no te darán el primer día de clase, pero sí cuando ya comiences a desenvolverte con una cierta soltura por las pistas azules más complicadas.

Una de ellas son los giros cortosparalelos y muy rápidos, una habilidad muy útil que te ayudará en las bajadas estrechas. Otra es carvear, que supone hacer un giro amplio y elegante, ideal para ganar velocidad.

Conforme avances en el ski, mayores serán las pendientes que te atreverás a hacer; para un mayor control de la velocidad en ellas, hay que balancear los esquís alrededor de la línea de caída.

Si quieres ser un auténtico experto, también tendrás que especializarte en esquiar en condiciones diferentes, como las zonas que amanecen heladas y se vuelven grumosas cuando se derriten con la subida de las temperaturas al medio día. Y es que esquiar no depende solo de ti, sino también del entorno en el que lo practicas y de las condiciones de la nieve.

Además, no olvidemos que, un esquiador con un cierto nivel debe saber cuidar el material y el equipo de ski, así como tener un mantenimiento de los esquís riguroso para alargar su uso el máximo de tiempo posible. Sabemos que, no es un material barato, por ello es tan importante limpiarlos y secarlos bien despues de la jornada en la nieve.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *